En Protime, trabajamos todo el año para hacer de nuestro entorno uno de los mejores lugares de trabajo de Europa. Esta ambición se refleja en nuestro trabajo diario:
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Responsabilidad social corporativa
Clima empresarial a la altura de nuestras ambiciones
Una verdadera atención a la protección del medio ambiente
El medio ambiente no es un “tema de moda”, es una causa vital en la que todos debemos invertir. Esto significa dar pequeños pasos a diario, pasar a la acción y romper hábitos. Y no sólo en nuestra vida privada.
Además de equipar los edificios de la empresa con iluminación LED inteligente que funciona exclusivamente con un temporizador, Protime quiere ir más allá. La empresa, junto a tres socios, ha invertido en la protección del medio ambiente y la biodiversidad. ¿Cómo lo hacen? Alojando y cuidando de varias colonias de abejas en un arriate hecho para dicho fin junto a la sede central de Malinas (Bélgica).
¿Por qué abejas?
La biodiversidad es fundamental para nuestro bienestar, pero en las últimas décadas ya hemos perdido más del 30% de toda la flora y la fauna. La extinción de las abejas, el principal insecto polinizador, es una de las principales causas de este preocupante fenómeno. Al mantener las poblaciones de abejas y dar suficiente alimento adicional a las abejas silvestres, queremos sobre todo prolongar la continuidad de la biodiversidad. Para que las generaciones futuras se puedan beneficiar.
Tiempo para las generaciones futuras
No nos cansamos de repetirlo: el tiempo es muy valioso. Por eso creemos que tenemos la responsabilidad de ofrecer tiempo a la sociedad. Cuando llegó el momento de redactar la misión de Protime, los empleados tenían clara la importancia del desarrollo de las generaciones futuras y del tiempo para hacerlo con vistas a un futuro prometedor. Por eso estamos decididos a hacer que esta ambición se concretice al apoyar buenas causas (asociaciones, ONG, etc.), especialmente si trabajan con niños.
Por ello, los empleados de Protime tienen la oportunidad de dedicar su tiempo a ayudar durante su horario laboral. Algunos ejemplos son Sogeha (Bélgica), que organiza campamentos de verano para niños desfavorecidos, y la Granja Infantil Dierendal (Países Bajos), una granja pedagógica gestionada por voluntarios.
Esto equivale a aproximadamente más de 3.600 horas/año que ofrecemos voluntariamente al futuro de nuestra sociedad.