El mayor valor añadido: este tipo de sistema te permite proteger o abrir zonas específicas de la empresa. de forma individual. Por ejemplo, a un nuevo empleado se le pueden conceder ciertos derechos de acceso el primer día de su incorporación a la empresa.
Punto crucial para la seguridad: en función de su puesto, a cada trabajador se le conceden derechos de acceso a determinadas salas, talleres, etc. en las instalaciones. Puedes incluso ir un paso más allá y hacer coincidir estos derechos de acceso con los horarios de trabajo de las personas y los momentos en que se ausentan del trabajo. Cuando una persona deja de trabajar en la empresa, se le retiran automáticamente los derechos de acceso.
Además, seguramente otras personas, aparte de los propios empleados, entrarán en las instalaciones de la empresa. Proveedores, visitantes, clientes, socios, clientes potenciales, etc., suelen ser el tipo de personas que entran y salen normalmente del edificio o de los edificios de la empresa.
Pero un sistema digital también puede ser útil para ellos. Podrás asignar derechos de acceso a estos visitantes habituales. De este modo, podrás tener la seguridad de que las personas que no hayan sido invitadas no puedan entrar en zonas sensibles o confidenciales. Si lo deseas, puedes incluso conceder a los visitantes cierto grado de “libertad” para dar una vuelta. Permite incluir sus nombres e identidades en el módulo de visitantes, e incluso preinscribir a los visitantes previstos, y proporcionales instrucciones de acceso y seguridad antes de que lleguen.
Además, con un sistema de acceso digital también reforzarás la seguridad de tu personal (¡y la de tus invitados!).
Los puntos de control de acceso te permiten saber exactamente donde se encuentran en cada momento en caso de emergencia (evacuaciones, etc.). Útil, ¿no?
Nada más que grandes ventajas para tu empresa.