Con un ritmo de trabajo acelerado y una obsesión por el buen rendimiento, la rapidez y la inmediatez, bajar el ritmo en una sociedad cada vez más acelerada hace que algunos empleados quieran levantar el pie del acelerador. Para lograrlo, adoptan el método “Slow Working”. Un concepto que tiene muchas ventajas.

Gestion du temps: slow working

La idea no es nueva ni es producto de la reciente crisis. Surgió en Italia hace más de 40 años y luego se extendió por todo el mundo a medida que las sociedades se aceleraban y se afianzaba la carrera por la transformación digital.

Su nombre: el movimiento lento. Un concepto que gira en torno a la idea de ralentizar el ritmo de todo lo que hacemos para sacarle el máximo provecho. Un estudio de Ipsos realizado en 2011 mostró que casi 8 de cada 10 europeos tenían la intención de tomarse todo con más calma para “aprovechar más la vida”, mejorar su “calidad de vida” y sentirse “menos estresados”. Otros estudios internacionales confirman estas cifras.

Slow working

Un movimiento lento cada vez más difundido

A lo largo de los años, el movimiento lento se ha implementado en distintos ámbitos de la sociedad: comida lenta, turismo lento, ciudades lentas, gestión lenta, (slow food, slow travel, slow cities, slow management), etc. Por supuesto que el lugar de trabajo no es la excepción, con slow working. Cabe recalcar que la forma en que se organiza y se lleva a cabo está patas arriba desde hace décadas, y su porosidad con la esfera privada es mucho mayor.

La crisis sanitaria lo ha exacerbado. Por lo tanto, algunas personas están optando por ralentizar su ritmo de trabajo, sin que esto afecte su productividad. Al contrario, pueden ser incluso más eficientes.

Veiller à sa santé

Cuidar de su salud

Este enfoque hacia el trabajo es una pequeña revolución en el mundo corporativo, el cual aboga constantemente por la rapidez, el rendimiento y la inmediatez. El “Slow Working” va en contra de esta idea, con el objetivo subyacente de cuidar de nuestra salud mental y física.

Menor carga de trabajo, exceso de trabajo, horas extraordinarias, reuniones, presión para rendir: El 51 % de las personas encuestadas en 2016 por Forum Vies Mobiles y L'Observatoire Société et Consommation (L'ObSoCo) en países como Francia, España, Alemania, Estados Unidos, Turquía y Japón, afirmó querer reducir sus horas de trabajo. 

Y al 58% le gustaría poder organizarlas libremente. El trabajo lento (“Slow Working”) tiene claras ventajas en términos de concentración, gestión del estrés y mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. También hace que los empleados se sientan más satisfechos.

Equilibre vie privée et vie professionnelle

Un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal

Un estudio realizado en 2021 por la Universidad de Gotemburgo (Suecia) a 1.000 empleados muestra que “una gran parte de los empleados afirma tener una mejor conciliación entre el trabajo y la vida personal y un cierto nivel de bienestar”, a pesar de la reducción salarial como consecuencia de tener menos horas de trabajo.

No obstante, la encuesta también muestra que esto ha llevado a una reducción de la cantidad de días de baja por enfermedad. Así que hay muchas formas de practicar el trabajo lento, con iniciativas distintas que se toman aquí y allá: semana de cuatro días, pausas periódicas, permisos o días libres ilimitados, teletrabajo y flexibilidad. Sin embargo, el compromiso de cambiar la forma de trabajar (anteponer la calidad a la cantidad) exige rigor, organización, confianza y compromiso, para que reducir las horas de trabajo con el objetivo de conseguir mejores resultados, no se traduzca en dejar de trabajar.

¿Le interesa el tema de la gestión del tiempo?
¡Póngase en contacto con nuestro equipo!