- Veamos el caso de un gerente a quien sus empleados le tienen poca confianza.
- Súmele a esto que el gerente esté siempre verificando la cantidad de horas que trabaja la gente y que haga algunos comentarios que quizá no siempre sean los más agradables.
- Si lo mezclamos todo, obtenemos uno de los estereotipos más persistentes en lo que respecta a la gestión del tiempo en las empresas: la falta de confianza.
Una imagen que es todo menos positiva, que nadie quiere, pero que lamentablemente existe. Dicho esto, esta situación no se aplica a todas las organizaciones. Al contario (¡pregunte a nuestros clientes!). Tampoco se aplica a todas las herramientas y soluciones de registro del tiempo y de la asistencia disponibles en el mercado (que son muchas).
Sí, hay malos gerentes. Entonces, ¿deberíamos eliminar todos los puestos de gerentes? Ahí tiene su respuesta. Lo mismo ocurre con la gestión del tiempo utilizada en las empresas. La pregunta no es “¿cómo funciona la gestión del tiempo?”. Más bien, debería ser: “¿De qué nos puede servir?”
Una reflexión que tiene sentido en relación con las necesidades y expectativas de todos los implicados, directivos y empleados, y con los mecanismos necesarios para dar una respuesta adecuada a dichas necesidades y expectativas. Un sistema de gestión del tiempo le dará respuestas robustas a las necesidades y exigencias de la organización para que todo funcione mejor en sinergia.
¿El objetivo? Asignar la persona correcta al puesto correcto en el momento correcta.